El perfil del turista enoturista del “Viejo Mundo” del Vino

El perfil del turista que practica el Enoturismo y las razones por las que lo hace, también podría estar influenciado por el “mundo del vino” del que proviene.

Tras un análisis de la mayor producción y exportación de vino, entre los países con una tradición vitivinícola más antigua o más reciente, se descubrió que existe el “Viejo Mundo” y el “Nuevo Mundo” del vino.

El “Viejo Mundo” del vino incluye países como Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Portugal, Rumania y España, y el “Nuevo Mundo” del vino incluye países como Argentina, Chile, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Estados Unidos.

Dado que todos los países del Viejo Mundo del vino son europeos, se puede admitir que Europa tiene la supremacía del mercado mundial del vino, por lo que estudiar los perfiles de los enoturistas de los países europeos con tradición vitivinícola se ha revelado imperativo.

Así, el visitante griego de viñedos se caracteriza por ser hombre, tener entre 26 y 36 años, estar empleado, tener estudios superiores, disponer de unos ingresos mensuales de entre 1501 y 2000 euros, y proceder de una zona rural.

Tiene como motivo de viaje, la obtención de información sobre vinos y producción vinícola.

Como resultado, se puede inferir que los visitantes de bodegas griegas pueden entrar en la categoría de conocedores de vinos.

El visitante alemán de viñedos se caracteriza por ser mujer, tener entre 50 y 59 años, pudiendo tener también más de 60 años, tener un título universitario, unos ingresos elevados, y estar empleado, y entre los principales motivos de viaje están el consumo de comida y bebida tradicional, la adquisición de información sobre vinos, y las catas de vino.

El visitante de viñedo español se caracteriza por ser mujer, tener entre 40 y 49 años, título universitario, ingresos altos y estar empleado, y entre los principales motivos de viaje están la adquisición de información sobre vinos, el entretenimiento/relajación y el consumo de comida y bebida tradicional.

El visitante de viñedo italiano entra en la categoría de turista amante del vino, trata el viñedo como un lugar de peregrinación, caracterizándose por ser hombre, tener entre 26 y 45 años, ingresos medios-altos, utilizar el coche como medio de transporte y disponer de información sobre vinos.

Dado que entra en la categoría de turista amante del vino, se puede deducir que los motivos por los que visita una bodega se deben a las catas y al deseo de aprender sobre vinos.

El visitante búlgaro de viñedos se caracteriza por ser mujer, tener entre 41 y 60 años, visitar bodegas 2-3 veces al año y los motivos de la visita son las catas, las visitas a los viñedos, la experiencia general, la comida y la asociación con el vino de las bodegas, la historia y la producción del vino.

El visitante portugués de viñedos se caracteriza por ser hombre, estar empleado, tener entre 18 y 45 años, tener un título de bachillerato o universitario y unos ingresos medios de entre 1251 y 3500 euros, y entre los motivos que impulsan la práctica del enoturismo e, implícitamente, la visita a las bodegas, están el atractivo de las características físicas e históricas de la zona vitivinícola, el deseo de encontrar información sobre los vinos.

El turista francés que practica el enoturismo se caracteriza por no preferir los viajes, sino que se queda una media de cinco noches, gasta más que otras categorías de turistas, hace las visitas junto con su pareja, prefiere practicar el enoturismo en las temporadas de primavera y verano, prefiere utilizar el coche como medio de transporte, y el motivo principal para practicar el enoturismo es el descubrimiento de viñedos y vinos.

Se observa que todos los turistas que prefieren practicar el enoturismo e, implícitamente, visitar bodegas, tienen un motivo común, a saber, encontrar información sobre los vinos, especialmente información sobre la historia y el modo de producción.

Como resultado, pueden incluirse en la categoría de turistas amantes del vino o en la categoría de turistas interesados ​​en el vino.

También se concluyó que los turistas que practican el enoturismo y proceden del Viejo Mundo del vino son predominantemente hombres, y los turistas que proceden del Nuevo Mundo del vino son predominantemente mujeres.

En otras palabras, los turistas europeos que practican el enoturismo son en su mayoría hombres.