Capítulo Cuatro. Cuando No Es Aconsejable Amamantar

CAPÍTULO CUATRO.

CUANDO NO ES ACONSEJABLE AMAMANTAR.

Se sabe que al amamantar se transfiere todo lo que en nuestro organismo circule por el torrente sanguíneo y esto se debe a que en las glándulas mamarias no poseen filtros que impidan el paso de sustancias nocivas o de microorganismos patógenos.

Si la madre sufre de enfermedades de transmisión como las ETS (VIH, sífilis), o sí la Madre consume drogas prohibidas (estupefacientes o psicotrópicas) , o tratamiento con agentes quimioterápicos o antimetabolitos, o sí hay que administrar a la madre isótopos radioactivos, con fines terapéuticos o diagnósticos, o sustancias nocivas como el alcohol, cigarrillos, etc, o sí toma bebidas gaseosas, café, o simplemente bebidas artificiales, todos estos productos llegaran al cuerpo del bebé tal y como si él mismo los ingiriera por sí mismo, causando daños no desestimables.

Hay casos donde la madre sufre de VIH, que no lo transmite durante el embarazo ni al momento de nacer, pero si durante la lactancia, esto también ocurre con otras enfermedades crónicas como fibrosis quística, cardiopatías, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, conectivopatías, epilepsia o depresión, que no es que se transmita la enfermedad sino el consumo de medicamentos fuertes e ineludibles y la decisión de dar o no lactancia materna se debe tomar teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad y el grado de incapacidad que origina en la madre.

Por supuesto es el médico quien está facultado para dirigir esta situación clínica de la madre y los medicamentos que sean compatibles con la lactancia.

Cuando la madre no es capaz de interpretar de forma correcta las señales del niño por sufrir de depresiones graves y otros problemas de salud mental.

Los antiepilépticos y otros psicofármacos, por sus efectos sedantes, condicionan una succión débil en el lactante que dificulta la alimentación al pecho, especialmente durante los primeros días de vida, en los que se debe vigilar de forma estrecha al niño.

Al ir mejorando la capacidad metabólica del recién nacido para eliminar el fármaco, por lo general, este efecto desaparece.

La lactancia materna es un buen método para disminuir la concentración del fármaco sin una retirada brusca después del nacimiento, evitando de esta manera el síndrome de abstinencia.

Díaz-Gómez, N.M.

(2005).

NUTRICIÓN INFANTIL.

Hay muchas madres que ignoran cosas como la Galactosemia que “es una enfermedad hereditaria causada por una deficiencia enzimática y se manifiesta con incapacidad de utilizar el azúcar simple galactosa, lo cual provoca una acumulación de éste dentro del organismo, produciendo lesiones en el hígado y el sistema nervioso central” (Wikipedia).

En este caso la lactancia materna está contraindicada en los niños afectados por esta enfermedad metabólica, estos niños deben recibir una dieta sin lactosa ni galactosa desde el nacimiento.

Hay que excluir la leche y todos los productos lácteos y sustituirlos por fórmulas sin lactosa o fórmulas de soja.

Algunas formas leves pueden recibir lactancia materna parcial.

Dato importante: Tanto la galactosemia como la fenilsetonuria son enfermedades metabólicas que de no ser detectadas a tiempo (primeras semanas de vida) pueden causar daños irreversibles como retardo mental, y solo se detectan con examen de sangre durante la primera semana de vida del bebé.

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